Funciones de la escuelaDesarrollo de la Comprensividad en la Escuela
Educación en y para la democracia

La escuela es comprensiva si ofrece a cada sujeto las mismas posibilidades para que desarrolle sus capacidades; pero, sobre todo, si pretende que cada sujeto conozca aspectos comunes, valores de sus compañeros y en relación con el otro, desde los que pueda desarrollarse en función de sus capacidades.

Cumpliendo su función socializadora, la escuela comprensiva se presenta como un proyecto de educación en y para la democracia, desde el que se pretende generar una responsabilidad ética, al conocer cómo las diferencias aumentan la capacidad de diálogo, la confianza y la solidaridad.

La diferencia no puede marcar los déficits, tiene que abrir la imaginación del maestro para profundizar desde estos hechos en la democracia cultural y en la toma de conciencia individual. “La acción educativa desde una opción democrática se regirá por dos líneas estratégicas: respetar y compartir las diferencias y compensar y superar las desigualdades.” (MUÑOZ, 1995).

Desde estos presupuestos la escuela comprensiva es un mecanismo compensador de las desigualdades, porque educa en y para la democracia desde el desarrollo del Proyecto Curricular que pretende una educación inclusiva, con estos presupuestos:

  • Cuando pone a todos los alumnos en contacto con la cultura: pensar la organización de los contenidos desde parámetros globales e interdisciplinares; acercarse al conocimiento como elemento de desarrollo personal; vincular las situaciones académicas con la vida individual y social, para lo que hay que introducir la vida en la escuela; provocar la construcción personal del conocimiento desde el diálogo y la comunicación, porque sólo es significativo aquel conocimiento socialmente construido.
  • Colocar al sujeto en el foco de la actividad educativa y académica: desarrollar la iniciativa y libertad personal, crear autonomía, provocar la autocrítica y la reflexión. Desarrollar una práctica pedagógica basada en el concepto y en la creencia de que la educación, como proceso democrático, tiene que fundamentarse en la riqueza de la diversidad. La enseñanza no puede apoyarse solamente en un tipo de conocimiento que nos proporcione una base segura de actuación. La persona tiene que vivir y desarrollarse desde la incertidumbre, que busca, para lo que es imprescindible el trabajo en colaboración que asegure el proceso de la acción, del que somos responsables.
  • El proceso de enseñanza/aprendizaje tiene que proporcionar al sujeto experiencias que le den confianza en sí mismo. Capacidad para participar en grupo, sentido de pertenencia al grupo, sea éste escolar, familiar, cultural, social o étnico, y desde este sentimiento participar en el proyecto de la totalidad.
  • Ayudar a comprender y a utilizar diferentes lenguajes con los que podemos analizar la realidad. Entender que a “una verdad” o a “una idea” se llega desde la expresión individual y el conocimiento de todos, y por vías y caminos diversos.
  • Valorar las posibilidades de cambio personal y social, así como los efectos que se vivencian, si este cambio se desarrolla desde la riqueza de la diversidad y el pluralismo. Asimilar hasta qué punto la diversidad humana afecta a los diversos aspectos de la educación actual.
  • Convertir la escuela en un espacio en el que el sujeto tenga la posibilidad de aprender a reflexionar, a construir su propia identidad, a relacionarse con los demás de forma constructiva, conforme a unos valores que se asientan en el contrato pactado anteriormente. “Si queremos mejorar el currículum ha de haber un debate continuo, y que tal debate público se centre necesariamente en lo que es común” (KEMMIS, 1989).
Una escuela para todos
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